El primer asentamiento en el sitio de la actual Malko Tarnovo fue tracio. Durante el reinado del emperador bizantino Constantino, la zona experimentó un desarrollo cultural y económico debido a su cercanía a la capital de Bizancio, Constantinopla. La ciudad actual fue establecida a finales del siglo XVI y principios del XVII. Se encuentra en el corazón de la montaña Strandzha, en una de las zonas boscosas mejor conservadas de Bulgaria, con un clima único y una flora y fauna vegetal. En Malko Tarnovo y sus alrededores se encuentran numerosos hallazgos arqueológicos de gran importancia relacionados con los tracios. Según varios investigadores prominentes, en este lugar existe un asentamiento de profunda antigüedad, del cual se presumen los hallazgos descubiertos de diferentes épocas. Dos tumbas tracias con cúpulas cerca de la ciudad resultan muy interesantes para los visitantes. Construidas con bloques de mármol precisamente elaborados, son obras representativas de la construcción monumental tracia del siglo V al III a.C., mostrando las costumbres funerarias de la aristocracia.